Por Carlos Alberto Fernández Colado
Y, es asi, cuando apareces (como en mi caso) en otro pueblo o ciudad, te preguntan… ¿de dónde sos?, y uno con el pecho inflado y poniéndose de pie, dice espontáneamente: de GENERAL ACHA, ciudad de la amistad, y te brotan los recuerdos y se te pianta un lagrimón.
Soy Carlos, Carlitos, o el "Gallego", hijo de Alberto Fernández y Eva Colado. Hermano de María Teresa, "Tessy", Fernández.
Vivimos de niños en la calle San Martín 1266, corazón del barrio "Oeste", con los Gigena, Guanchul, Patiño, Olguín, Cisneros, Beola Abdala, Arrese, Martínez, Dasso, Maidana, Barreiro, Pedernera y Ziaurriz. Y algunos otros más, que por mi edad, la memoria me empieza a pasar factura y los estoy olvidando.
Los partidos de futbol en la esquina de los Maidana, con el Pocho Patiño y Horacio Gigena éramos los más chicos, pero yo ponía la pelota. Recuerdo el ida y vuelta a la escuela numero 11, era una aventura diaria. Allí hasta 4to grado, después nombran portera a mi mamá en la 145 y a vivir al barrio de Chacarita y la estación.
Nuevos amigos y vecinos, Ochipinti, Siera, Lezcano, Escala, Martín, Larzabal, Aguerre, Laborda, Robinson Ortegui, Bustamante, Ovejero Ezcurra, Coria, Vivier, Barcos, y Olite entre otros.
Era mi escuela, mi casa. Vivimos años donde hoy es el JIN. Si iba por adentro, recibía los retos de mi madre y las apañadas de Don Lucinio Di Liscia. Era mi mundo, conocía la escuela como nadie.
Mi lugar, la canchita y los toboganes que parecían inmensas pasarelas peligrosas. Atrás de mi casa un eucalipto gigante, donde mi padre guardaba su moto Gilera 150, que le sustraje en sus ausencias.
Luego el secundario en el viejo Colegio Nacional, lugar que con el tiempo me enteré fue la Pensión Fernández, (antes de que yo naciera), de mis abuelos Pedro Fernández y María Allende. Allí nuevos compañeros y hoy amigos.
Me recibí de Bachiller en 1968, y con gran esfuerzo familiar intenté una carrera universitaria que no prosperó. Volví con la frente marchita a MI GENERAL ACHA, y al poquito tiempo ingresé al Banco de la Nación Argentina. Sucursal 1.820, en agosto de 1969. Al tiempo me casé con María Inés Casabonne, tan achense, como mis hijos Rodrigo Alberto y Ramiro Agustín.
Y un día, alentado por un superior, te dejé para siempre mi querido pueblo, y arranqué una hermosa vivencia familiar y laboral. Primero Macachín, Rivera, Guatraché, Victorica, Intendente Alvear, y aquí se quedaron los hijos. Luego Colonia Barón y Eduardo Castex, donde en octubre de 2016 me jubilé como gerente del querido e inolvidable Banco de la Nación Argentina. Mi segunda casa y un honor aun mayor, compartir el cargo superior, con Aldo Tourn, Fermín Miquelarena, Ricardo Linaza y Miguel Brond. Y volviendo cada vez que se puede al terruño.
El 14 de diciembre de 2018, nos brindaron un homenaje por el 50 aniversario de egresados como bachiller del viejo COLEGIO NACIONAL. Nos reencontramos con menos pelos y más panza, y con un festejo tipo gitano porque duro varios días. Con anfitriones locales de primer nivel, entre ellos los que comenzaron con nosotros, pero no terminamos juntos. Esta misma situación se había repetido cuando cumplimos los 25 años. Prueba de ello es la placa, que es la copia de la tarjeta de egresados, y se encuentra en la entrada del Colegio Normal.
ACHA me atrae, me hace recordar, me hace volver a vivir mi infancia y juventud. Me hace repetir cuando preguntan: ¿de dónde sos?
De General Acha, y me pongo de pie.